El flaco de la salsa, el mejor salsero brilló en un concierto que ha estado en las antípodas de su anterior visita en 2022
Foto: Edwin Áviles Moreno.
Un Wizink Center totalmente lleno, impaciente, expectante aguardaba la aparición del cantante Marco Antonio Muñiz Rivera (Nueva York, 1968), el mejor salsero en estos momentos, sin que nadie le haga sombra ni le pise los talones.
Por Mary Carranaza
Las luces se apagan y van apareciendo los músicos encaminándose en sus respectivas posiciones. El público les jalea y se van oyendo gritos de emoción pues es el momento en que podemos decir que el concierto o la fiesta va a comenzar.
Un video con tomas de los grandes momentos de Marc Anthony pasa por las pantallas gigantes, una en el centro y dos a los laterales. Todos siguen las imágenes como si estuvieron en el cine, sin dejar de emocionarse. Se desliza un humo blanco por el centro del escenario, en lo alto asoma la delgada y casi frágil figura de Marc Anthony, gritos que traspasan el Wizink : “Pa'onde está la fiesta (pa'llá voy)/ Pa'onde está la rumba (pa'llá voy)/ Pa'onde están las chicas (pa'llá voy)/ Pa'onde me llamen pa'llá voy”. Frases clásicas y sencillas, que encierran deseos eternos.
Así comenzó la noche que para muchos fue inolvidable y una evidente reconciliación con el respetable madrileño que en el último concierto del 2022 quedó con una desafección evidente pues fue el absoluto desastre quedando como evidencia la solicitud de muchas hojas de reclamación. En el Wizink se olvidó definitivamente el caos del 22 de junio en Ifema, una noche aciaga se mire por donde se mire. Pero pasemos página, eso nos habrá dicho Anthony con esta última presentación y comencemos desde cero, como las relaciones sentimentales: hagamos las paces en pocas palabras.
Porque han sido muchas palabras, versos, poemas de amor, desamor, elegías a ese sentimiento que nos deja indefensos o entra en nuestro mundo para hacerlo trizas, ¡ay! El amor.
Son 30 décadas contando historias con sus canciones, historias propias o vivencias tuyas o mías, por ello ha llamado a esta gira Historia Tour, porque por donde pasa hace historia con la música popular.
Con diez minutos de espectáculo, el flaco nos tenía donde él nos quería: metidos en el concierto a tope, cantando, bailando y vino “Valió la pena” para subir aún más la temperatura.
Bajamos la intensidad con lo mejor de su repertorio, que arranca con ese mítico “Mirándote a los ojos /se responden mis porqués/ me inspiran tus palabras/ y mi casa está en tu piel…” así van sonando los temazos, con un final memorable compuesto por “Qué precio tiene el cielo?”, “Parecen viernes”, “Mala”, “Tú amor me hace bien” y un eufórico “Vivir mi vida” y llegamos a la hora y media de concierto, un show fantástico y sensacional nada comparado con el fiasco del último, ha sido una noche espectacular con un artista, en toda su plenitud y que sin lugar a dudas es parte de la historia de la salsa.
Marc se marchó con un subidón y se aseguró a sus fans en Madrid. Hubo apretón de manos con el flaco. Hasta otra noche de reencuentros caballero.
Commenti