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España busca implementar las 37,5 horas de trabajo semanales

Los trabajadores de la construcción y la industria serían los más beneficiados.

Redacción: Somos Latinos


Se trata de una reforma que ha despertado mucha expectativa y que según el Ministerio de Trabajo beneficiaría a 12 millones de personas, sobre todo a los trabajadores de la industria y la construcción, según ha señalado el Gobierno. Esta reducción de la jornada laboral llega sin reducción salarial.


“La reducción de jornada es la principal bandera que tienen los trabajadores y las trabajadoras en el mundo”, señaló Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo al respecto.


Esta reducción es fruto de un acuerdo de Gobierno entre Sumar y PSOE, en una negociación que duró meses. La idea de Díaz es que la primera reducción de 40 a 38,5 horas semanales, se pueda implementar antes del verano. Para ello iniciará una ronda de conversaciones con agente sociales como sindicatos, a priori a favor del cambio expresado en un Real Decreto Ley.


Los principales opositores de la reducción de jornada son la patronal, representada por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales CEOE y la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa CEPYME, que creen que el cambio se debería abordar en cada sector para tener en cuenta el impacto económico que traería la implementación de menos horas laborales.


Según señalaron, los sectores que serían más “afectados” por la reducción sería el campo, comercio y hostelería, debido a la mano de obra que requieren.

Son los sectores donde es “más difícil rebajar las jornadas laborales”, puntualizaron. De salir adelante las negociaciones para la primera reducción, se empezaría a trabajar en la reducción a 37,5 horas semanales para 2025. Siempre sin disminuir el sueldo y enfocándose en el sector privado ya que el público cuenta con ciertos acuerdos con sus trabajadores.


La otra controversia

La ministra Yolanda Díaz planteó además la reforma en el control horario de los trabajadores, una norma que se aprobó en 2019 pero que desde el ministerio consideran obsoleta al momento de controlar la jornada laboral por la que los trabajadores fueron contratados y las horas extras.


La propuesta es que este control pase a ser digital para evitar que se altere ante una inspección del organismo público y para que la Inspección de Trabajo tenga acceso en remoto al control horario de las empresas con 50 trabajadores. Todo esto usando algoritmos e inteligencia artificial y con la finalidad de que se contabilicen las horas extras.


Algo a lo que la patronal se opone señalando que no se ajusta a las nuevas dinámicas de trabajo basadas en objetivos en lugar de jornadas. Hasta el cierre de esta edición no iniciaban las reuniones previstas por el Gobierno (31 de mayo), desde CCOO y UGT señalaron que existía cierto estancamiento con el tema y alentaban a que el tema sea cerrado antes del verano.

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